Sharpen Your Safety Awareness Fatality File – Spanish

La espeluznante muerte de un trabajador en una fundición de Caterpillar se atribuye a la capacitación y a las condiciones de trabajo.

Steven Dierkes, de 39 años y padre de tres hijos, llevaba sólo nueve días trabajando en la fundición de Caterpillar en Mapleton, Illinois, cuando cayó en una olla de hierro fundido de 3 metros de profundidad y murió incinerado.

Ahora, los trabajadores de la planta culpan de su muerte a la falta de capacitación, la escasa protección de la seguridad y las duras condiciones de trabajo, y amenazan con convocar una huelga en el mayor fabricante mundial de maquinaria de construcción.

Vista general de las obras de construcción de la Gigafactoría de Tesla en Austin, Texas, en octubre de 2021.

La muerte de Dierkes en junio fue objeto de un informe emitido por la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos (Osha) a principios de este mes. El informe determinó que “si se hubieran instalado las protecciones de seguridad o anticaídas necesarias, el noveno día de trabajo del empleado de 39 años podría no haber sido el último”.

Osha declaró que los trabajadores de la fundición de Caterpillar estaban “expuestos de forma rutinaria” a riesgos de caída sin protección y ha propuesto una multa de 145.027 dólares. La decisión no es suficiente para Jessica Sutter, prometida de Dierkes.

Sutter criticó a Caterpillar por poner a su prometida en una posición peligrosa sin las protecciones de seguridad adecuadas.

“En cuanto a Caterpillar, creo que son asesinos. Es un matadero. Nadie debería perder la vida así”, afirmó. “No tienen ninguna compasión por la decencia humana, son una empresa sin humanidad”.

Dierkes trabajaba como operario de la cubierta de fusión y cayó en un fundidor mientras intentaba obtener una muestra.

Un antiguo empleador describió las condiciones de trabajo como operario de cubierta de fusión.

“Cuando murió sólo nos dieron dos días de baja y luego nos dijeron a todos que volviéramos. El aire seguía oliendo literalmente a su cuerpo quemado”, dijo un trabajador. No había barandillas, ni procedimientos de arnés, ni nada que garantizara que no te cayeras en los enormes agujeros llenos de hierro”. Mientras recogía una muestra de hierro con la cuchara, se cayó dentro y se revolvió”.

“Es difícil respirar por el calor, y siempre estás empapado de sudor. En verano hay días de aviso por calor en los que los de seguridad reparten botellas de agua. Pero da igual cuánta agua bebas allí arriba, pierdes tanto sudor que casi siempre te sientes apelmazado al salir del trabajo y los oídos y la nariz se te llenan de hollín negro todos los días, y eso, obviamente, se mete en los pulmones.