Mooring Safety – Large Vessels Meeting Kit – Spanish

QUÉ ESTÁ EN RIESGO

Por amarre de grandes buques se entiende el proceso de asegurar y estabilizar un gran buque o embarcación marítima a una estructura fija, como un muelle, un embarcadero o una boya. El amarre es esencial para diversas operaciones, como la carga y descarga de mercancías, el embarque y desembarque de pasajeros y el mantenimiento del buque.

CUÁL ES EL PELIGRO

RIESGOS HABITUALES EN EL AMARRE DE GRANDES BUQUES

Una capacitación adecuada, el cumplimiento de las normas de seguridad, el mantenimiento periódico y la comunicación eficaz entre el equipo de amarre contribuyen a que el amarre de grandes buques se realice con éxito y seguridad.

Repliegue de las líneas: La liberación o tensión repentina de los cabos de amarre puede hacer que se rompan con una fuerza considerable, con el consiguiente riesgo de lesiones graves o incluso mortales para el personal que se encuentre en las proximidades.

Resbalones, tropiezos y caídas: La presencia de superficies húmedas o resbaladizas, terrenos irregulares u obstáculos en el buque o en el muelle aumenta el riesgo de resbalones, tropiezos y caídas durante las operaciones de amarre.

Puntos de pellizco y riesgos de aplastamiento: Los cabos de amarre en movimiento, cabrestantes, bolardos y otros equipos pueden crear puntos de pellizco o riesgos de aplastamiento si el personal queda atrapado entre ellos o entre el buque y el muelle.

Enredos y caídas por la borda: Los miembros de la tripulación que manipulan cabos de amarre pueden enredarse o caer inadvertidamente por la borda, sobre todo cuando trabajan en condiciones meteorológicas difíciles o con una iluminación inadecuada.

Fuertes corrientes y mareas: El amarre en zonas con fuertes corrientes o mareas puede dificultar el manejo de las líneas de amarre, aumentando el riesgo de que éstas sean arrastradas o de que el personal sea arrastrado.

Colisiones y riesgos de impacto: Las técnicas de amarre inadecuadas o el no mantener la tensión adecuada de las líneas pueden hacer que el buque vaya a la deriva, colisione con otros buques o impacte contra la infraestructura del muelle, causando daños o lesiones.

Caída de objetos: Durante el amarre, pueden caer del buque objetos como equipos sueltos, herramientas o carga, lo que supone un riesgo de lesiones para el personal que trabaja debajo o en el muelle.

Condiciones meteorológicas: Los vientos fuertes, la lluvia intensa o el mar agitado aumentan la dificultad de las operaciones de amarre.

Fallos estructurales: Un mantenimiento inadecuado o un fallo del equipo de amarre, incluidos cabos, cabrestantes, bolardos o defensas, puede provocar un fallo del equipo, lo que supone un peligro para el personal y el buque.

Visibilidad limitada: La mala visibilidad debida a la niebla, la oscuridad o las condiciones meteorológicas adversas puede dificultar las operaciones de amarre y aumentar el riesgo de accidentes y lesiones.

COMO PROTEGERSE

MEJORES PRÁCTICAS DE PROTECCIÓN PARA EVITAR ACCIDENTES EN LAS OPERACIONES DE AMARRE CON GRANDES BUQUES

Planificación adecuada: Antes de amarrar, se debe realizar una planificación exhaustiva, teniendo en cuenta factores como las condiciones meteorológicas, la marea y la corriente, la disponibilidad de amarres y las características del buque.

Tripulación experimentada: Los miembros de la tripulación deben conocer claramente sus funciones y responsabilidades durante la operación, incluidos los protocolos de comunicación y los procedimientos de seguridad.

Equipamiento adecuado: Deben utilizarse cabos de amarre, cabrestantes, bolardos y otros equipos de alta calidad. Es necesario inspeccionar y mantener periódicamente el equipo para garantizar que se encuentra en buenas condiciones de funcionamiento y que puede soportar las fuerzas ejercidas durante el amarre.

Comunicación: La comunicación eficaz entre la tripulación del buque y el personal de tierra es crucial.

Evaluación de riesgos: Antes del amarre debe realizarse una evaluación exhaustiva de los riesgos. Deben identificarse los peligros potenciales, como corrientes fuertes, espacio de maniobra limitado u obstáculos submarinos.

Manipulación adecuada del cabo: Durante el proceso de amarre, los miembros de la tripulación deben llevar equipo de protección personal (EPP) adecuado y seguir prácticas seguras de manipulación de cabos.

Preparación para emergencias: Los miembros de la tripulación deben estar capacitados en procedimientos de respuesta a emergencias, incluyendo fallos del equipo, cambios climáticos repentinos o lesiones del personal.

Supervisión continua: La operación de amarre debe supervisarse continuamente para garantizar que el buque permanece amarrado de forma segura. Deberán realizarse comprobaciones periódicas de la tensión de los cabos, el estado de las defensas y la posición del buque con respecto al amarradero.

CUALIDADES DE LOS EMPLEADOS PARA LA SEGURIDAD DEL AMARRE

Conocimientos técnicos: Poseer un conocimiento profundo de los procedimientos de amarre, los equipos y la normativa marítima pertinente. Es esencial conocer los diferentes tipos de cabos de amarre, nudos, cabrestantes y bolardos.

Conciencia de seguridad: Dar prioridad a la seguridad en todo momento. Cumpla los protocolos de seguridad, lleve el equipo de protección individual (EPP) adecuado y esté atento para identificar y mitigar los riesgos y peligros potenciales.

Capacidad de comunicación: Una comunicación excelente es crucial para coordinar eficazmente las operaciones de amarre. Hay que saber transmitir la información con claridad y escuchar activamente las instrucciones de los supervisores y otros miembros del equipo.

Trabajo en equipo y colaboración: Las operaciones de amarre requieren una estrecha coordinación y colaboración con los demás miembros de la tripulación, el personal de tierra y las autoridades portuarias. Trabajar en equipo para garantizar la seguridad de los procesos de atraque.

Capacidad de resolución de problemas: Poseer una gran capacidad de resolución de problemas para hacer frente a retos o complicaciones inesperados durante las operaciones de atraque. Ser capaz de pensar con rapidez y tomar decisiones acertadas para garantizar la seguridad de todos.

Adaptabilidad: Las operaciones de amarre pueden variar en función del tipo de buque, las condiciones meteorológicas y las instalaciones portuarias. Ser adaptable y flexible para ajustarse a diferentes situaciones y requisitos.

Atención a los detalles: Preste mucha atención a los detalles durante las operaciones de amarre. Asegúrese de que los cabos están bien tensados, de que están bien sujetos y de que las defensas están bien colocadas. Los pequeños descuidos pueden suponer riesgos importantes para la seguridad.

Aptitud física: Las operaciones de amarre pueden implicar tareas físicamente exigentes, como la manipulación de cabos y equipos pesados.

Mantenga una buena forma física para realizar estas tareas con seguridad y eficacia.

Profesionalidad: Muestre una actitud profesional y condúzcase de forma responsable y ética. Respete la cadena de mando, cumpla la normativa y las políticas de la empresa y mantenga una ética de trabajo positiva.

Aprendizaje continuo: Participe en el desarrollo profesional para mejorar sus habilidades y conocimientos en el campo.

CONCLUSIÓN

El amarre es esencial para mantener la seguridad, la estabilidad y la eficiencia operativa de los grandes buques. Unas prácticas de amarre adecuadas contribuyen a la protección del personal, las infraestructuras y el medio ambiente, contribuyen a la fluidez de las operaciones portuarias y minimizan los riesgos durante las actividades de los buques.